Aunque parezca paradójico lo que voy a escribir, es real en muchos creyentes. Dentro de la iglesia encontramos buenos cristianos que aman a Dios, lo obedecen en muchas cosas, diezman con fidelidad, sirven en la obra, lideran grupos pequeños, pero cuando se trata de sus asuntos personales o de los planes que tienen que ver con su futuro parece que no tuviesen la absoluta confianza en las decisiones que Dios pueda influir o fundamentar sus planes y proyectos.
"Muchos son los proyectos del hombre, pero de Jehová es el designio" (Proverbios 19:21) dice la Reina Valera. A nosotros desde lo humano nos corresponde planear y administrar, pero, en definitiva, es Dios quien le debe poner su sello a cada uno de esos planes y proyectos, porque él conoce el principio y el fin de todas las cosas. Nuestra confianza debe estar basada en el poder de Dios y no es nuestra capacidad o habilidad para planear. Deja que Dios dé la sentencia final en todo.
Leer: Deuteronomio 18
Lectura complementaria: Números 18
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?