Devocionales

Prédicas

Altar Familiar

viernes, 27 de septiembre de 2024

Mi Altar Familiar 29





MI ALTAR FAMILIAR
Día 29. Semana 29/40.
“Recuerden, el fuego del Altar se mantendrá encendido; nunca debe apagarse”. Levítico 6:13. NTV

TEMA: LA DISCIPLINA DE DIOS.
11 Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrige. 12 Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite. Proverbios 3:9 – 10, RV60.


Le invitamos a leer todo el capítulo 3 de Proverbios. De esta manera se puede comprender la meditación de la Palabra.



**Prepare un compartir en familia (Desayuno, almuerzo o cena)
**Recuerde que este es un tiempo para exaltar el nombre de Dios y reconocerlo como el Señor de su casa.
**Disfruten de la reunión sin prisa y sin pausa y permita que el Espíritu Santo haga la obra en cada uno.
**Lea primero la meditación de esta palabra y busque estrategias didácticas que le ayuden para compartir este mensaje.

OREMOS:

Amado Padre celestial, gracias por esta nueva oportunidad que nos regalas para que reunidos como familia podamos adorar tu nombre y ser instruidos con tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.

MEDITEMOS LA PALABRA EN FAMILIA:

La gran pregunta que siempre me hacen como pastor es: ¿Dios disciplina o castiga? Y la gran respuesta que encontramos en la Biblia es que Él hace las dos cosas. Por un lado, la disciplina de Dios es para Sus hijos, para aquellos que han nacido de nuevo y que por una u otra razón se desvían del camino correcto o se apartan del evangelio o tienen un comportamiento muy rebelde y lejos de la verdad que la Escritura nos demanda vivir en amor a Él.

Por otra parte, Dios tiene que castigar al obstinado ser humano que con su pecado pretende imponerse por encima de Dios. El castigo de Dios es para el rebelde, para aquel que no lleva en su corazón temor de Dios en ninguno de sus pensamientos y actos. Viven una vida mundana, alejada de Dios y cegada por la condición pecaminosa con la que anda en este mundo. En Romanos 1:18 – 32 aparece con mucha claridad y explicación cómo es que Dios castiga a todo aquel que obstinadamente quiere detener Su verdad a través de imponer sus propias mentiras. Sería bueno pegarle una lectura a ese pasaje.

La disciplina del Señor es para formar el carácter de sus hijos. Según Hebreos 12:5 – 9 Dios debe disciplinarnos porque nos ama y es la única manera de corregir el mal comportamiento que tengamos.

¿Cuál es el aprendizaje de hoy?
El consejo de hoy nos invita a no rechazar la disciplina de Dios ni enojarnos cuando nos está corrigiendo, porque cuando Dios nos disciplina y corrige el mensaje que envía es que nos ama. Parte del amor del Señor hacía Sus hijos está relacionado con corregir y disciplinar nuestras las actitudes que tenemos, primeramente, hacía Él y también hacía los demás.

Imagínese que un hijo suyo tenga malas actitudes hacía usted o hacía sus hermanos o hacía personas fuera de su hogar, ¿no lo corregiría o disciplinaría? Estoy completamente seguro que sí lo haría, sencillamente porque lo ama. Usted quiere un hijo o hija que tenga su carácter formado. Usted quiere que ese ser amado para usted sea un aportante positivo a este mundo. Ahora imagínese cuanto más quiere nuestro Padre celestial que cada uno de nosotros tengamos un carácter transformado y que cada día sea más parecido al de Su Hijo amado Jesús. Esa es la finalidad de la disciplina de Dios, y lo hace en amor puro.

PARTICIPACIÓN EN FAMILIA:

Cuente un testimonio sobre la disciplina de Dios y cómo le ha ayudado a crecer en Dios y permitir que forme su carácter. Invite a uno o dos participantes a que se atrevan también a hacerlo.


Cierre leyendo Números 6:24 – 26.