» 4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:4 - 5, RV60.
Hoy estamos terminando esta serie sobre la gratitud. Durante 31 días hemos centrado la atención de toda la iglesia acerca de este valor espiritual, que es como un termómetro que mide la temperatura de la confianza en Dios en cualquier situación que podamos estar viviendo o que lleguemos a experimentar en algún momento de la vida en Cristo. El Apóstol Pablo es uno de los exponentes de la fe cristiana que más habla en el Nuevo Testamento sobre la gratitud. Fue un hombre que en cualquier circunstancia, por más dura que fuera, daba gracias a Dios. Su corazón estaba lleno de gozo en el Señor. Podía decir con total libertad: “regocijaos en el Señor, otra vez les digo, regocijaos en el Señor”.
Vivir con un corazón agradecido con Dios y con el prójimo es señal de madurez espiritual, de fe, de esperanza, de valor. Por eso Pablo dice que por nada nos afanemos, por muy dura prueba que vivamos. Cuando la economía está mala, o la productividad se detiene, o la salud se deteriora, o las relaciones familiares se encuentren débiles, o nuestro servicio al Señor no dé los resultados que quisiéramos, nuestra confianza se encuentra en darle gracias al Señor por aquello que no sale como lo esperamos. Orar en tiempos de crisis es más difícil, pero es la manera como mostramos gratitud a Dios y estamos diciendo: “sabemos esperar en ti, Señor, pues solo tú eres nuestro ayudador y Redentor”.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 40; Lucas 13
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 40; Lucas 13
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás