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sábado, 4 de diciembre de 2021

NO TE OLVIDES - DICIEMBRE 4






»¡No olvides al Señor tu Dios, y no dejes de obedecer todos sus mandamientos! Deuteronomio 8:11, TLA.


Muchos dirían ¿cómo vamos a olvidarnos de Dios y de Sus hechos poderosos en favor de nuestra vida? Esa declaración al parecer tiene buena intención, pero en el fondo de nuestros corazones siempre hay un lado oscuro que en algunas ocasiones nos transforman en personas ingratas y egoístas para con Dios.

En el quinto libro de la Biblia Moisés recapitula toda la ley de Dios para dejar un legado a la nueva generación israelita que había de entrar a la tierra prometida una vez la conquistaran de la mano del líder Josué. Muchos de los que tomarían posesión de Canaán no conocieron los hechos poderoso de Dios en su salida de Egipto y el transito por el desierto camino a Su nueva herencia; por lo cual existía la posibilidad de atribuirse cada conquista, cada posesión y cada botín de guerra como una acto de su capacidad y habilidad, negando todo el poder de Dios y su amor para con ellos. Es por ello que Moisés necesita recordarles que la ingratitud para con Dios está a la vuelta de la esquina en nuestras vidas, por eso es vital erradicar toda posibilidad de autoproclamar los triunfos como propios y no como una victoria de parte del Dios de Israel. El gran amor que decimos tener por Dios nos debe llevar en automático a mantenernos con un corazón agradecido con Él. Al mismo tiempo, el nombre de Dios y Su gran poder debe abrirnos los ojos y oídos espirituales para reconocer que nunca seremos victoriosos y triunfadores, a menos que lo pongamos delante de nosotros como nuestro estandarte en los tiempos que libramos nuestras batallas. El libro de los jueces narra la historia de olvido de Israel para con Su Dios. Cada capítulo registra una historia de fracaso cuando nos apartamos de la voluntad de Dios y lo olvidamos para hacer las cosas a nuestra manera.

El peligro de ser ingrato está siempre delante de nuestras narices, por lo tanto, cuidémonos de no olvidar quién ese Dios al que la Biblia nos llama a amar eternamente. Hagamos de la gratitud un principio de vida para con Dios y para con el prójimo.




T.A.S.C.D.

EZEQUIEL 13; SALMOS 136



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás