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viernes, 19 de noviembre de 2021

KJERÉM-חָרַם - NOVIEMBRE 19






Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos. Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová. Josué 6:17-19 RVR1960.


El Kjerém, conocido en la traducción Septuaginta como anatema o algo maldito es un principio muy poco conocido por el pueblo cristiano. Muchas veces se nos ha dicho que el Antiguo Testamento muere en la persona de Cristo y esto es una verdad parcial, no completa. Porque el Señor vino a cumplir la ley y no a abolirla como personalmente lo dijo en el Sermón del Monte.

El principio del Kjerém lo encontramos en Deuteronomio 13:13 - 18 donde Moisés hablando en el nombre del Señor le entrega la instrucción que la batalla que Israel va a librar para conquistar la tierra que Dios les prometió es una guerra santa, por lo cual el primer botín de esa guerra es de Dios y no del pueblo. Todas las personas, no importando su edad, debían ser pasadas a filo de espada, y todo objeto de valor en oro, plata o bronce debían ser colocado como consagrados en el santuario totalmente para Dios. Nada de lo que se obtenía en la primera conquista pertenecía al pueblo sino a Dios.

Cuando vamos a Josué 6:17 - 18 allí encontramos la instrucción que este líder religioso da al pueblo acerca del Kjerém. Les dice que solamente queda excluida de la muerte la ramera Rahab y su familia por haber guardado a los dos espías en su casa mientras reconocían la tierra prometida y como parte del pacto con ella por salvarles la vida. Pero todo lo demás que encontraran en aquella ciudad era anatema. Todo era para Dios. Cuál es el principio: Todo lo primero es de Dios. No puedes conquistar más de lo que Dios te ha prometido sin que primero le entregues el primer botín de guerra el cual le pertenece.




T.A.S.C.D.

LAMENTACIONES 3; SALMOS 121



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás