Entonces le dirás: “Esto dice el Señor: --Israel es mi primer hijo varón--. Éxodo 4:22, NTV.
La primogenitura de Israel es un asunto de elección de Dios, esto es importante recalcar para entender que para Dios el primogénito no es un asunto del lugar que ocupa en el nacimiento de una persona, sino el ser elegido por Él, como sucede con la nación de Su pacto. No es que la primera nación que se formó fue Israel, antes que naciera ya existían otras, muchas naciones. Revise que Dios le dice a Abraham cuando Israel ni siquiera estaba en los planes del padre de la fe, que de sus lomos nacería una nación tan numerosa que si pudiera contar la arena del mar o las estrellas podría saber de qué cantidad de personas estaría conformada aquel pueblo que nacería de sus lomos. La promesa de Dios a Abraham fue: haré de ti una nación tan numerosa que no se podrá contar, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra. Cuando Dios le dio esta promesa, ya habían otras naciones, pero Israel no existía, Ella sería el resultado de una obra maravillosa y sobrenatural de Dios, porque así son su obras.
Nuestro Dios es el único que llama las cosas que no son como si ya existieran, esa es su omnipotencia. Él puede formar de la nada lo que hoy no se ve. Y aunque en el plano natural Israel no era una nación, en el sobrenatural ya existía, porque para Dios la creación está en su mente poderosa para luego traerla al plano natural. Adán fue el primer hombre creado por Dios, pero de sus lomos no nació Israel. Fue de la los lomos de Set, hijo de Adán, de donde nace una generación que adoraría a Dios y de esa línea procede Abraham, quien tiene dos hijos: Ismael el primogénito en lo natural, e Isaac, el primogénito en el corazón de Dios. Él es el verdadero hijo de la promesa, y es de sus lomos es que nace Jacob, quien tampoco es el primogénito, sino Esaú su hermano. Y es de los lomos de Jacob que nace la nación que se llamaría y se conoce hasta hoy como Israel. Los verdaderos primogénitos de Dios no son nacidos primeros, son escogidos por Él para llevar a cabo su propósito eterno de establecer Su Reino en todos los rincones de la tierra.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 50; SALMOS 116
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 50; SALMOS 116
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás