y le hizo esta promesa: «Dios todopoderoso, yo soy tu humilde servidora. Mira lo triste que estoy. Date cuenta de lo mucho que sufro; no te olvides de mí. Si me das un hijo, yo te lo entregaré para que te sirva sólo a ti todos los días de su vida. Como prueba de que te pertenece, nunca se cortará el cabello». 1 Samuel 1:11. TLA.
La historia de Ana, la quien fue la madre del profeta Samuel, es otra de las historias impactantes que encontramos en la Biblia. Además de ser un relato de fe, también es una narrativa en la que encontramos el poder de un voto: “si me das un hijo te lo entregaré para que te sirva a ti todos los días de su vida”. Ana era una mujer estéril y eso la exponía a la burla entre los israelitas, porque no era bien visto que una mujer casada no diera hijo a su esposo. Esto era visto como una maldición de Dios, lo cual no es totalmente cierto. Ella tomó una decisión muy firme: ir a la presencia de Dios y derramar su corazón allí para provocar un milagro en favor de su matrimonio.
El tema central de esta historia es la promesa de Ana. Ella hizo un voto el cual consistió en declarar que si Dios le quitaba la vergüenza de no tener hijo, el que le concediera debía ser varón y lo dedicaría a Jehová para que le sirviera todos los días de su vida. Dios escuchó las palabras de Ana, se acordó de ella y le otorgó el milagro. Le regaló un hijo, el cual fue el profeta Samuel. Este niño fue la primicia de Ana y Elcana, quienes decidieron entregarlo como una ofrenda de primicia a Dios. La respuesta de entregarle a Dios lo primero fue que tuvieron cinco hijos más. Dios siempre responde de forma sobrenatural a lo que le pedimos cuando conoce las motivaciones correctas de nuestro corazón. Samuel fue la primicia de Ana y Elcana, pero sus cinco hermanos fue la cosecha de aquella siembra. Dios es fiel.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 2; SALMOS 125
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 2; SALMOS 125
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás