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41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.“ Hechos 2:41 - 42. RV60.
La unidad de Jesús con sus doce y sus demás seguidores era algo muy visible para toda la gente de Galilea, Judea y toda región adonde ellos iban. Se destacaba entre ellos el compañerismo y esta marca era muy distintiva entre este grupo reducido de creyentes a los cuales les llamaban los del Camino. Se veían como una sola familia. Y así es en la realidad espiritual. Cuando la iglesia del Señor nació en Hechos 2 todos estaban en una comunión y un compañerismo único. Todo lo compartían, oraban juntos, comían juntos, vivían para adorar al Señor y eran discipulados por los Apóstoles quienes les instruían en todos los asuntos de Cristo.
Otra de las marcas de la Iglesia de Jesucristo es su unidad y su compañerismo. La iglesia local es un lugar en donde pertenecer. Es un lugar en donde se vive la fe y en donde somos enseñados en doctrinas cristianas. Debemos recordar que para Dios las relaciones entre sus hijos es muy importante, porque Dios es amor. Al bautizarse el creyente se une a esa inmensa familia. Nacer de nuevo es el comienzo de un viaje que comienza en la tierra y terminará en el cielo, pero además es el comienzo de una vida que va a ser transformada por el poder del Espíritu Santo. La iglesia local es un lugar a donde pertenecer para crecer, para amar, para compartir y vivir en compañerismo. Necesitamos comprender esta verdad porque de ella depende que vivamos un viaje terrenal lleno de toda fortaleza y esperanza.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 32; SALMOS 98
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 32; SALMOS 98
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
