SOMETERSE A DIOS - SEPTIEMBRE 3

7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Santiago 4:8. RV60

Debemos recordar que el tema esencial de este mes se llama Amor y Respeto. Pero, antes de explicar la función de amar y respetar debemos poner el fundamento, el cual es cumplir con el gran mandamiento: Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todo tu ser y con toda tu mente. Precisamente ayer decíamos que someterse en la relación conyugal requiere un sometimiento a quien es en Sí mismo amor, es decir a Dios.

Observe la declaración que está haciendo el Apóstol Santiago: Someteos, pues, a Dios resistíd al diablo, y huirá de vosotros. Someterse a Dios tiene un propósito: que el diablo huya cuando somos atacados con sus malignas estrategias. Cierto que este mandato es muchas veces contrario a lo que declaramos en nuestra cotidianidad, porque siempre decimos que estamos peleando con el diablo, porque este enemigo está enfilando su batería maligna en nuestra contra. Muchos creyentes responsabilizan al diablo de todas sus desgracias, haciéndolo el autor de lo mal que les va o de las circunstancias adversas que están viviendo. Y aunque el diablo es el mayor enemigo que tenemos, porque vino para robar, matar y destruir; mucho más cierto es que la mayoría de nuestras adversidades provienen de no someternos a Dios, porque la promesa es que cuando nos ponemos debajo de Dios y de su Palabra, el diablo no puede atacarnos, porque nos ve debajo del paragua espiritual correcto: estamos escondidos en Cristo.

Someterse a Dios es el arma de guerra espiritual para que el enemigo huya de nuestro matrimonio. Y ¿cómo me somero a Dios? Bueno, mantenga una vida diaria de comunión. Quien ora no peca. Mantenga una vida de unión con la Palabra de Dios, allí se encuentra la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta. Mantenga una vida de comunión con su cónyuge u con el resto de su familia. Mantenga una vida de unidad con el Cuerpo de Cristo que es Su iglesia. Asista fielmente a cada servicio de adoración que celebran en su iglesia. Mantenga una vida en plena integridad. Nada de esto es difícil de cumplir, se requiere que amemos a Dios. Eso es todo, entonces el diablo huirá de tu matrimonio, de tu vida y de tu cristiandad.

T.A.S.C.D.

ISAÍAS 44; SALMOS 44



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás