Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. Efesios 5:33, RV60.
Podemos ver en esta declaración del Apóstol una conclusión en la analogía Cristo-Iglesia y Esposo-Esposa. Cada varón en su condición de esposo está llamado a amar a su esposa, porque sobre él pesa una responsabilidad muy grande, representar a Cristo en la tierra, se le dio el privilegio de ser la cabeza del Señor en su hogar. Al mismo tiempo, la mujer, en su condición de esposa tiene otro privilegio el de ser el cuerpo de Cristo dentro de su matrimonio. Ella es símbolo de la unidad de la iglesia, por lo tanto cuando se somete a la cabeza de su hogar su sumisión habla de lo importante que es el cuerpo de Cristo para mostrar este vínculo de unidad al mundo. Porque cada creyente individual y como cuerpo, primero se somete al Señor para luego recibir el privilegio de representarlo como Su cuerpo en esta tierra.
Dos valores encierran esta declaración del Apóstol Pablo: Amor y Respeto. El amor es el valor del que más se habla en el Nuevo Testamento. Cristo vino a este mundo porque nos ama, murió por amor a nosotros, y volverá a esta tierra por amor a los redimidos por Él. El respeto es honra, y la honra es el valor asociado con el amor a Dios. Lo honramos porque lo amamos, y lo amamos porque merece toda nuestra honra. Tanto la mujer como el hombre en su vida conyugal deben asumir el papel que le corresponde y se le demanda, si amamos a Dios es imposible no amar a nuestras esposas. Si honramos a Dios, es imposible que no honremos a nuestros esposos. Saca tus propias conclusiones y si quieres pelea con Dios a ver quien gana. Estos son mandatos y nuestra misión es obedecerlos.
T.A.S.C.D.
ISAÍAS 54; SALMOS 54
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
ISAÍAS 54; SALMOS 54
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás