¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? Isaías 40:18. RV60.
La idolatría se encuentra sumergida en lo más íntimo del corazón humano y la definición básica de este término es rendirse o servirle a algo o alguien que no es el verdadero Dios de los cielos. El término griego es “Latreia” cuyo significado es “adorar”. Por qué el ser humano, hecho a la imagen y semejanza de nuestro Dios Eterno, siempre ha deseado adorar a ídolos humanos o algunas manifestaciones de la naturaleza como el sol, la luna, las estrellas, las montañas, e animales, o piedras. La respuesta siempre la encontraremos en Génesis 3, cuando la serpiente le vendió la idea a Eva y a Adán que Dios no quería que fueran como Él, por eso les estaba prohibiendo comer del fruto de aquel árbol de la ciencia del bien y del mal.
Desde el huerto del Edén la raza humana, caída por el pecado, ha tenido la idea de ser como Dios, tal como la serpiente les dijo que serían si violaban el mandamiento de Dios de no comer del fruto prohibido. Este pensamiento se introdujo en la mente y el corazón del ser humano y desde allí comenzó una lucha entre adorar al Creador o adorarse a sí mismo o a algunos seres o cosas que Dios había creado. Entonces, la idolatría no nace producto del pecado sino como resultado de un corazón humano que se ha creído dios. Antes de pecar Adán y Eva ellos ya tenían un fuerte deseo de ser como Dios. La pregunta que surge en esta parte de la reflexión de hoy es, por qué un Dios sobrenatural detesta que Su pueblo hagamos ídolos y los adoremos. Porque esto ofende su Santidad, su sobrenaturalidad, su Nombre y Grandeza. El reto de Dios en toda la Biblia para con los idólatras es que esas imágenes que ellos adoran demuestren , a ver si pueden si quiera hacer una de las cosas que el Dios verdadero y único hace en su condición del Shaddai, el Todopoderoso. Ahora, déjame preguntarte: ¿quién es tu verdadero Dios? El Dios de Israel, o el dios de cualquiera de las naciones de la tierra que ha sido creado por la mente perversa del ser humano caído por el pecado. Los hechos de Dios no pueden compararse, como tampoco nos permite el atrevimiento de levantar dentro de nuestro corazón otro “dios”. Cuidemos nuestra manera de pensar acerca de quién es verdaderamente nuestro Dios, de eso dependerá que no levantemos ídolos de corazón a quien terminemos adorando de forma equivocada. Proverbios 4:23.
T.A.S.C.D.
ISAÍAS 37; SALMOS 37
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
ISAÍAS 37; SALMOS 37
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás