Devocionales

Prédicas

Altar Familiar

jueves, 26 de agosto de 2021

NUESTRO DIOS ES TODO AMOR - AGOSTO 26






Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3. RV60.


Escuche bien lo que nuestro buen Padre Dios nos dice a través del profeta Jeremías: “(Pon tu nombre)... con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. Cómo te parece que ese a quien se le dice en la Escritura el Todopoderoso u Omnipotente, el Omnisciente y el Omnipresente, también tiene otro Omni, es Omni amor. Sí, Él es todo amor, Él en su esencia pura y santa es amor en Sí mismo. El evangelista Juan en su primera carta dice: “Dios es amor”, no dice que Dios ama, o que quiere, expresa de forma diáfana y contundente que nuestro Padre celestial es amor. No solo sabemos que Dios es Espíritu, sino que también es amor, algo que para el mundo no es tangible y se cree que es algo meramente emocional; pero la Palabra dice que Dios es el ser espiritual que todo lo puede, todo lo conoce, está en todo lugar al mismo tiempo, y también nos ama a todos, tanto a sus hijos como a los que aún no han llegado a tener esa condición por causa de encontrarse alejados de Dios por causa del pecado que mora en ellos.

¿De qué sirve para el pecador saber que Dios es todo amor? Pues, de mucho porque la esencia del evangelio de Jesucristo está sustentada por la gracia y la misericordia de Dios expresada en Su amor por un mundo perdido que va camino al infierno mismo. Juan el Evangelista lo declara de esta manera: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Para que Dios sea todo-amor es necesario que lo demuestre, y esa demostración no fue otra que dar lo más excelso del Cielo, la vida de Su Hijo. Dios no nos dice que nos ama con palabras únicamente, hay una señal visible y demostrable de ese amor, la cruz donde fue puesto el Cordero inmolado de Dios, para salvar todo lo que se había perdido. Eso es otra parte de la sobrenaturalidad de Dios. Aleluyaaaaaa.




T.A.S.C.D.

ISAÍAS 36; SALMOS 36



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás