Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no. Números 11:23. RV60.
¿Te atreverías a retar al Dios Todopoderoso? Moisés lo hizo, tal vez por la preocupación o el desespero que le produjo las críticas y murmuraciones de todo el pueblo, quien se había cansado el maná que veían comiendo por mucho tiempo. Aquel grupo numeroso de personas que transitaban por el desierto camino a su tierra prometida comenzaron a extrañar la comida de Egipto, ¡imaginese! Extrañaban lo que Egipto les proporcionaban a cambio de explotarlos. Ellos no podían disfrutar de la libertad de Dios aunque estuvieran comiendo maná. Así nos sucede a muchos de nosotros hoy, preferimos lo que el mundo nos ofrece, aunque nos haga daño, en vez de comer la verdadera comida que es Cristo. Cuando nos cansamos de Dios “Egipto” y sus atributos nos parece lo mejor que hemos tenido.
Sin embargo, el énfasis que quisiera mostrar en esta reflexión se encuentra en las palabras de Moisés: “¿de dónde sacarás tanta carne para alimentar a toda esta nación durante un mes?” (paráfrasis mía de Nm. 11:21 - 22). El mismo Moisés que extendió su vara y el mar se abrió, o cuando pelearon contra los amalecitas vio la mano de Dios obrar y pelear en su favor, o el que les dio agua de la roca y muchos milagros más, parece que no podía suministrar toda la carne de un mes entero para darle de comer a un pueblo rebelde. Cuánta ignorancia tenemos de quién es Dios y el poder de Su nombre. Dios solo necesita emitir una palabra para que la naturaleza provea todo cuanto necesita uno de sus hijos o una multitud de ellos. Dudar de que Dios puede suplir todo lo que necesitamos es creer que no tiene el poder para hacerlo, y en eso nos equivocamos cuando oramos. Pedimos lo poco porque de esta manera Él lo puede hacer, pero no pedimos por lo imposible, porque no le conocemos ni reconocemos el poder de Su nombre. Quiero recordarte que para Dios nada es imposible.
T.A.S.C.D.
ISAÍAS 32; SALMOS 32
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
ISAÍAS 32; SALMOS 32
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás