6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. Santiago 1:6 - 7. RV60.
Recuerdan Hebreos 11:1 cuando hace mención sobre la fe. Dice que es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Certeza, es la seguridad que tenemos hecho lo que estamos esperando que suceda, es el título de propiedad de un bien material. Convicción es que nadie puede hacerte dudar de la verdad que estás creyendo. La certeza es la verdad y la convicción es la seguridad que esa verdad es inamovible, que de parte de quien la haya dicho tiene cumplimiento. ¡Muy bien! Podemos decir a boca llena, pero esto qué tiene que ver con una mente renovada o transformada. ¡Todo! Porque sencillamente una de las características más firmes de una mente transformada es la certeza y la convicción de todo cuanto dice la Palabra de Dios.
Observe lo que dice el Apóstol Santiago: “Pidan con fe, porque el que duda es como la onda del mar, que es arrastrada por viento, y echada de una lado a otro lado”. La fe en Dios, en sí mismo y en los demás es un elemento importantísimo para establecerse como un creyente con mente renovada. Dudar parcialmente no te hace una persona incrédula, a veces parte de nuestra fe lleva una pequeña porción de incredulidad; pero dudar totalmente de Dios, de sus promesas, de lo que ha dicho que hará contigo, o de sus pactos, hace que realmente tengas en duda tu transformación, Cristo no te ha nacido de nuevo en tu corazón. A pesar de cualquier circunstancia, problema o prueba, tu fe en Dios debe permanecer intacta, porque ese es el indicador de que eres alguien transformado en tu manera de pensar. Vive tu fe constantemente con gratitud a Dios.
T.A.S.C.D.
Hageo 1 - 3
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Hageo 1 - 3
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás