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viernes, 16 de abril de 2021

UN SACERDOTE PURO Y SANTO - ABRIL 16






26 Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos. 27 A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo.  Hebreos 7:26 - 27, NVI.


Para poder salvar perpetuamente, es necesario un sumo sacerdote que esté a la altura del carácter de Dios. Jesucristo cumple con las demandas de Dios. Él es conveniente o adecuado para ello. Él es santo, su carácter no tiene la más mínima contaminación de pecado. Él es inocente, ama al pecador, pero odia el pecado. Él es sin mancha, esto habla de su práctica, jamás se halló alguna falta en él. Él está apartado de pecadores. Su carácter es tal que no puede ceder a la presión de los pecadores. Su carácter le hace más sublime que los cielos. Por eso, hoy en día, él es digno de estar en el cielo, en un sitio de honor y poder, a la diestra del Padre, según Hebreos 1.

Cuanta diferencia existe entre el carácter de Jesucristo y el carácter de los sumo sacerdotes aarónicos. Éstos eran frágiles, débiles, contaminados por el pecado, por eso tenían que continuamente presentar sacrificios por sus propios pecados antes de presentar sacrificios por los pecados del pueblo. Pero Jesucristo, se presentó a sí mismo como un sacrificio perfecto por el pecado y por el carácter del sacrificio, tiene un efecto que dura para siempre. El versículo 28 nos hace un resumen de toda esta sección: “Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” Hay garantía de vida eterna por el carácter santo y perfecto de nuestro Cristo el Salvador. ¿Eres pecador? ¿Quieres acercarte a Dios? Fácil, acércate a Cristo quien es el fiador de un mejor pacto, el de vida eterna por medio de Él.




T.A.S.C.D.

Proverbios 28; 1 Crónicas 28



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás