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miércoles, 28 de abril de 2021

SU SACRIFICIO QUITA DE EN MEDIO EL PECADO - ABRIL 28






25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado 27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. Hebreos 9:25 - 27. RV60.


¿Recuerda el desarrollo del tema del sacerdocio aarónico? Era un sistema de culto que pretendía resolver el mayor problema que tiene cualquier ser humano: Ponerse en paz con Dios y reconciliarse con Él para obtener el perdón de su culpa, ser libre de la condenación eterna y heredar la vida que Dios ofrece para siempre por la fe que ponemos en Su Hijo Jesucristo. Este sistema que fue establecido por la ley no pretendía ser perfecto, pero si una especie de ayo que guiara a Israel hacía la búsqueda perfecta de Dios por medio de Cristo, quien a la larga era el cumplimiento del tipo de aquellos animales que eran sacrificados para que por su sangre el Dios eterno les diera su perdón definitvo.

Año tras año, vez tras vez se hacía lo mismo pero el fracaso consistía en que no hacían perfecto a los herederos de la gracia. No los ponía a cuentas con Dios ni les ofrecía una solución definitiva, porque ni el mediador ni el instrumento que era el animal sacrificado podían redimir al hombre caído. Esto apuntaba a un sacrificio mejor y perfecto para un pacto nuevo y perfecto, el que Cristo otorgó por medio de su sacrificio vivo, perfecto y santo delante de Dios. Para Cristo ofrecerse una vez y para siempre era lo único que el Padre demandaba. “Sacrificio no te agradan, he aquí vengo para hacer oh Dios tu voluntad”. Ese fue el cambio que se hizo, hacer la voluntad de Dios y no sacrificios sin sentido ni propósito como los que presentaban los sacerdotes de la ley. Esto es motivo de alegría y de gozo para quienes somos herederos de la salvación por el amor de Cristo.




T.A.S.C.D.

Eclesiastés 9; 2 Crónicas 11



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás