8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Hebreos 4:8, 10 RV60.
Si usted es un lector muy acucioso de la Palabra de Dios no tendrá ninguna duda en comprender la respuesta de Jesucristo cuando los religiosos judíos le reclamaban sobre la razón por la que sus seguidores no guardaban el día de reposo. Una de esas respuestas fue que el Hijo de Dios era el dueño del verdadero reposo. Casi un 80% de los milagros que el Señor llevó a cabo en favor de quienes lo necesitaban fueron llevados a cabo en el Shabbat, o día de reposo. Era un desafío a los argumentos religiosos de su época. Lo que ellos no pudieron descubrir fue que estaban frente al mismo Dios que descansó de sus obras cuando todo el universo había sido hecho por Él, Su Hijo y el Espíritu Santo.
La nación de Israel nacida de los lomos de Abraham, Isaac y Jacob, era un pueblo nómada. Durante muchos años de su existencia como pueblo no tuvieron un lugar en donde reposar, porque no tenían aquella tierra que Dios había prometido, pero caminaban hacía ella. En su mente y corazón tenían presente el pacto de Dios de entregarles una tierra que fluyera leche y miel, en la cual reposaría de todas sus agonías y de andar de un lugar a otro. Sin embargo, su desobediencia e incredulidad les mataban y los alejó por algún tiempo de entrar en el reposo prometido. Y aunque en la época de la Conquista lograron entrar en aquella tierra, aún así no pudieron reposar por no oír su voz. Es muy similar a lo que el autor de los Hebreos exhorta a sus oyentes, a quien les advierte que si oyen hoy su voz no desobedezcan y entren en aquel reposo verdadero que es Cristo el Hijo de Dios.
T.A.S.C.D.
Proverbios 3; 1 Crónicas 3
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Proverbios 3; 1 Crónicas 3
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás