Mi predicación no tuvo oratoria y sabiduría humanas, sino que el Espíritu la respaldaba con poder. 1 Corintios 2:4. NBV.
¡Es imposible estar en el ministerio sin ser un ministro de comunión con Dios y amante de Su Palabra! El Apóstol Pablo lo tenía muy claro, él no daba conferencias ni compartía sobre temas que no fueran de la Palabra de Dios cuando estaba presentando a Cristo a la iglesia y a quienes no conocían el poder del evangelio.
En medio de la iglesia a los Corintos se habían presentado personajes muy bien dotados de palabrerías humanas que habían convencido a los creyentes de esa iglesia. La respuesta de Pablo para aquellos hombres fue contundente: Mis palabras están respaldadas por el poder del Espíritu Santo, porque sencillamente predico la Palabra de Dios. El ministerio requiere de un ministro cargado y lleno de un mensaje que venga del corazón de Dios, porque es entonces de esta manera que una iglesia crece y se vuelve discípula de Cristo y no del hombre.
Leer: Apocalipsis 10
Lectura complementaria: Apocalipsis 11
Para pensar:
Lectura complementaria: Apocalipsis 11
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.