Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Hebreos 11:20.
La fe como la salvación no es heredable se debe obtener de la fuente que la tiene en abundancia, nuestro eterno Dios. Isaac es el hijo de la promesa. No podemos negar que Abraham su padre le abrió un camino por donde transitar, sin embargo, debía confiar en el Dios que le mostró e instruyó su padre.
El tema de la bendición es inherente al de la fe. Podría decir que van de la mano. Fe es certeza de lo que se espera y convicción de lo que no se ve. Cuando bendecimos estamos usando la fe para creer que aquello que declaramos sobre nuestros hijos o cualquier otra persona se cumplirá en ellas porque es Dios quien lo va a hará y no nosotros. Declarar bendición no es manipulación o comprar un milagro, es proclamar que lo bueno suceda en Dios sobre quienes estamos bendiciendo. Isaac fue bendecido por su padre, y él bendijo a sus hijos, esperando confiadamente que Dios afirmaría sus declaraciones sobre ellos de manera real y en cada una de sus vidas, palabras que la Biblia las muestra como cumplidas por Dios en Jacob y Esaú. El Dios que da el Don de fe también es el que bendice y respalda lo que declaramos.
Leer: 2 Reyes 2
Lectura complementaria: 2 Reyes 3
Para pensar:
Lectura complementaria: 2 Reyes 3
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿En que me edifica/exhorta?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.