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A Abraham lo podemos lla-mar el padre de la fe, el amigo de Dios, pero también podemos decir de él que fue un adorador. Cada encuentro que tuvo con Su Señor significó levantar un altar de adoración. Cada encuentro con Dios era un recordatorio de sus promesas, de la fidelidad del Dios que le prometía un hijo que sería el comienzo de una gran nación. Estas promesas no cumplidas en Abraham fueron trasladadas a sus generaciones, por-que las promesas de Dios trascienden.
Isaac y Jacob son herederos de las promesas hechas a Abraham. Cuando Jacob llegó a Betel allí estaba el espíritu de la adoración de su abuelo Abraham. Allí estaban las promesas de Dios a Abraham. Allí por medio de un sueño Dios le habla para recordarle su identidad y sus bendiciones. Nunca es causalidad que Dios nos lleve al lugar en donde ya dio una pro-mesa que aún no se ha cumplido. Alguien estuvo primero en el lugar en donde Dios me abre sus cielos.
Leer: Mateo 16
Lectura complementaria: Salmos 20
Para pensar:
Lectura complementaria: Salmos 20
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
