Una ofrenda profética

—Pero, si vamos, ¿qué le podemos llevar? —preguntó Saúl—. En las alforjas no nos queda nada de comer, ni tenemos ningún regalo que ofrecerle al hombre de Dios. ¡Qué tenemos! —Aquí tengo casi tres gramos de plata —respondió el criado—. Se los puedo dar al hombre de Dios para que nos indique el camino. 1 Samuel 9:7 - 8. NVI.

Soy el resultado de una ofrenda profética. Mi vida fue transformada cuando entendí que delante de un hombre de Dios no puedo ni debo presentarme con las manos vacías. Saúl y su siervo lo tenían muy claro cuando cansados de buscar las asnas perdidas entendieron que solamente había una salida a este problema: Consultarle al vidente de aquel lugar, pero no podían ir sin tener una ofrenda que entregar. Los milagros de Dios no se compran, pero quien entiende el poder de una palabra profética jamás se presentará con las manos vacías delante del ungido de Dios.

Saúl nunca imaginó que aquella decisión de dar algo de valor al hombre de Dios terminaría con un
trono a su favor. No lo estaba buscando, Dios se lo entregó porque así lo había decido. Hoy profetizo
sobre tu vida que tus ofrendas de este mes cambiarán el rumbo de tu economía y de las puertas que se abrirán en favor de tu casa. Di amén si lo crees.

Leer: Lucas 9
Lectura complementaria:

Para pensar:

• ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
• ¿Qué dice de mi como creyente?
• Pecado a confesar o evitar
• Actitud a mantener, cambiar o mejorar
• Mandato a obedecer
• Promesa para reclamar
• Ejemplo digno de imitar o evitar
• ¿QUÉ ME DICE DIOS?
• ¿Qué le respondo?

Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí

Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.