En la Biblia hay mujeres cuyos nombres no se mencionan, como el caso de Rahab la ramera, o la viuda de Sarepta, o la viuda que entregó como ofrenda sus únicas dos monedas, o la madre sirofenicia que rogó a Jesús para que sanara a su hija. Así también se menciona en los tiempos de Eliseo a la sunamita, una mujer que le prestó un gran servicio al profeta permitiéndole hospedarse en su casa con todas las comodidades para que ejerciera bien su oficio.
Estas mujeres, con excepción de la que entregó la ofrenda, tuvieron algo en común: Necesitaban un milagro y no soltaron al profeta que tuvieron al frente hasta obtener lo que buscaban. Quizás hoy estés delante del profeta que tiene tu milagro y no sabes cómo convencerlo de que vaya hasta tu casa y haga lo que tenga que hacer para que te entregue lo que le estás pidiendo. Este día te profetizo: “No sueltes al profeta ni la palabra profética que salió de su boca. Aférrate a ella y pelea tu batalla, hasta que suceda lo que estás esperando.”
Leer: Proverbios 5
Lectura complementaria: Proverbios 6
Para pensar:
Lectura complementaria: Proverbios 6
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.