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martes, 13 de noviembre de 2018

La mente de Dios

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos vuestros caminos, dice el Señor. Isaías 55:8. RV60.

Ignorar que Dios es un ser personal y real es lo que impide a cualquier creyente tener consciencia de que el Espíritu Santo es un ser real y vivo, que fue enviado por el Padre y el Hijo para morar dentro de cada uno de los discípulos de Jesús con el fin de colocar el poder del cielo dentro de cada uno de
ellos.

Si reconocemos que el Espíritu Santo es Dios, debemos reconocer por fe que Él posee todos los atributos de la deidad, entre ellos, la omnisciencia, que corresponde a su mente infinita, ilimitada, que no piensa limitadamente, como sucede con la mente del ser humano. Por eso los pensamientos de Dios no son como los nuestros, ni están condicionados por una mente que fue contaminada por el pecado.

Por cuanto Dios tiene mente, nosotros, sus seres creados también la poseemos; pero lógico, no de la manera santa e ilimitada como la Suya. Así que Dios piensa como lo hacemos nosotros, pero de una manera infinita, perfecta y bondadosa.

Leer: Apocalipsis 21
Lectura complementaria: Apocalipsis 22

Para pensar:
  • ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
  • ¿Qué dice de mi como creyente?
  • Pecado a confesar o evitar
  • Actitud a mantener, cambiar o mejorar
  • Mandato a obedecer
  • Promesa para reclamar
  • Ejemplo digno de imitar o evitar
  • ¿Qué me dice Dios?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí

Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.