El Espíritu Santo es el dueño de todos los dones, siempre. Estos dones son derramados sobre el cuerpo de Cristo para la edificación mutua y para que seamos de bendición para otros.
El 1 de Corintios 12, el Apóstol Pablo hace referencia a los nueve dones del Espíritu, tres son de discernimiento, tres son de poder y tres son de fe. En su calidad de dueño no los regala, los derrama sobre los hijos de Dios cuando es necesario y en cumplimiento una misión específica, bien sea dentro del cuerpo de Cristo o para bendecir a otros que no son creyentes.
Siendo el dueño de sus Dones puede decidir a quién usar y en qué momento hacerlo, pero, recuerde, es en beneficio de otros. Sus Dones son para edificar el cuerpo de Cristo y para mostrar al incrédulo el poder de Jesús en la vida de cualquier persona. Recordemos que los creyentes no operamos en ciertos Dones del Espíritu, es los contrario, es Él quien opera en medio de los creyentes para cumplir el plan de Dios.
Leer: Marcos 7
Lectura complementaria: Marcos 8
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.