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La mayor verdad en toda la Palabra de Dios es que el cielo es un regalo y no un derecho. El amor de Dios para con todo aquel que está perdido y fuera de su entorno celestial fue lo que movió a la trinidad para establecer desde antes de la fundación del mundo un plan salvador por medio de Jesucristo, el Redentor de todos los perdidos.
Nadie entra al cielo por esfuerzo propio o por hacer buenas obras, aunque todo el que ha nacido de nuevo debe hacerlas. Es la gracia de Dios la que nos seduce, se acerca y nos invita a que recibamos el regalo de la salvación por medio de fe en Jesús. Esta no es una oferta, es un acto de amor para hacernos volver al estado original cuando fuimos creados en Adán y Eva. Esa es la razón más importante por la cual compartir de Jesús a todo aquel que nos demande de nuestra fe en Dios. Si amas lo que Dios ama, Él amará todo aquello que tu amas.
Leer: Tito 1
Lectura complementaria: Tito 2
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?
