El Señor Jesucristo en la parábolas del sembrador en Marcos 4, explica que las semillas que caen entre espinos nunca pueden fructificar porque “los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa”. Detenerse es muy importante si queremos tener un tiempo de oficina diaria con Dios. NO se trata de cuántas veces al día estemos con Él, sino que las veces que lo hagamos estemos separados de cualquier pensamiento de actividad. Es hacer una pausa para estar con Dios, mientras dejamos que Él dirija el mundo.
La centralidad se asocia con la quietud. “Estad quieto y conoced que Yo soy Dios”. Salmo 46:10. Desconecta tus pensamientos para que entres en la presencia misma de Dios. No es misticismo, es centralidad. Es buscarlo hasta encontrarlo dentro de ti. No puedes tener un tiempo con Dios si Él no está allí presente contigo. Cuando entres al lugar secreto debes asegurarte que Él ha llegado primero que tú.
Leer: Éxodo 18
Lectura complementaria: Éxodo 19
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?