Amar es una disciplina que muy pocos conocemos de forma interna. El amor se perfecciona a través de la prueba, dificultades en las relaciones y la fricción que se presenta a través de las relaciones con los demás.
Amar es la esencia de la espiritualidad verdadera y necesita que experimentemos una conexión con Dios, con nosotros mismos y con otras personas. Es la practica de la presencia de Dios en nuestra cotidianidad, al mismo tiempo es practicar la presencia de la gente con una consciencia de que ellos hacen parte de nuestras relaciones diarias. Jesús se negó a separar la practica de la presencia de Dios de la de las otras personas. Entre más comunión tenía con Su Padre, más era su entrega en amor a los demás, aunque lo rechazarán y vituperaran. Escuchar y tener compasión por la gente fue una habilidad que el Maestro practicó a diario, estaba en su corazón.
El desafío es amar a Dios, amar al prójimo sin dejar de amarnos a nosotros mismos. Esto nos lleva a una madurez emocional como la de Cristo.
Leer: Éxodo 38
Lectura complementaria: Éxodo 39
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?