17 Esto pues digo y quiero en el Señor: Que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Efesios 4:17-18. RV60.
¿Cómo es andar en la vanidad de la mente? Básicamente es andar en nuestra propia manera de vivir. El Apóstol dice que son personas que su mente está entenebrecida, alejada de Dios en todos los aspectos y que se encuentran inmersos en todo tipo de pecado, comenzando por las impurezas sexuales. En esta misma Carta a los Efesios el Apóstol expresa en el capítulo dos que, antes de haber tenido el conocimiento de Cristo, nosotros vivíamos en nuestros delitos y pecados, y éramos hijos de ira. Nuestro sistema de pensamiento estaba contaminado, por eso no podíamos vivir en la voluntad de Dios sino en la nuestra o la del diablo.
Romper con el sistema de pensamiento malo, con los viejos paradigmas no es un acto de la voluntad humana. Es una obra del Espíritu Santo. Si el Espíritu de Dios no interviene en nuestra vida no llegamos a conocer a Jesús y menos a Dios. Mientras no llega esa intervención vivimos una vida de ruina, de fracaso y de desesperanza, por más bien que creamos encontrarnos en otras áreas de nuestra existencia, como en lo financiero o el desarrollo profesional. Sólo Cristo puede hacer una transformación completa y plena en la vida del nuevo creyente. Si bien es cierto que al recibirlo como Señor y Salvador hay una nueva creación, esa nueva criatura necesita ser alimentada con leche espiritual, que es la Palabra, crecer en el conocimiento de Dios y de Su Palabra. De esta forma comienza una renovación de sus pensamientos, pasándolos del mundo a los de Dios. Esa es la obra perfecta del Espíritu Santo.
T.A.S.C.D.
Ester 1 - 2
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Ester 1 - 2
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás