UN SUMO SACERDOTE SIN MANCHA - ABRIL 6

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15. RV60.

Desde Adán hasta Cristo todos los que pretendieron oficiar para Dios con sacrificios de paz o de perdón fracasaron, porque sencillamente venían con una herencia de pecado, del pecado original. Desde el primer hombre hasta Aarón la debilidad humana ha sido su pecado, que lo persigue permanentemente. Dios en su infinita misericordia prometió un Mesías, un descendiente en la carne de David, pero al mismo tiempo siendo Dios, porque la salvación del pecador no se dio cuando Adán y Eva pecaron sino desde antes de la fundación del mundo. Antes de que todo fuera creado ya el plan eterno de salvación había sido fijado, y dentro de ese plan el Hijo de Dios sería el Salvador y libertador de Su pueblo y del mundo.

Este Hijo de Dios, en cumplimiento de los tiempos vino como el Emanuel, el Dios con nosotros, pero su vida estaría alejada de la debilidad del pecado, de lo contrario dejaría o se imposibilitaría de ser el autor de nuestra salvación; y menos poder ser presentado por el Padre como Rey y Sumo Sacerdote. Jesús fue tentado en todo, pero sin pecado. Eso lo hace un fiel sumo sacerdote que puede presentarse delante del Padre quien con un único sacrificio y para siempre nos hizo libre de la condenación eterna y el perdón definitivo de todos nuestros pecados pasados, presente y futuros. Este Jesús se identificó con la humanidad caída en su parte débil, pero demostró con su obediencia que se puede ser fiel al Padre, esto es garantía de un Sacerdocio eterno que nos asegura que podamos presentarnos confiadamente al trono de la Gracia del Padre. Aleluyaaaa!!!!!!

T.A.S.C.D.

Proverbios 18; 1 Crónicas 18


Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás