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2. Jesús superior a los ángeles
3 Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos. Hebreos 1:3 - 4. NBLA.
Al leer estas líneas del capítulo 1 de la carta a los Hebreos nos fijamos como el autor detalla con lujo quién es verdaderamente este Jesús. Él no es un profeta más como Nicodemo creía. O no era la reencarnación de Elías, o de Jeremías, o de Juan el Bautista o de cualquier otro profeta como decía la gente en Judá y Galilea ¡No!, este Jesús es la Palabra, el Dios Encarnado, es el mismo resplandor de la Gloria del Eterno Creador. Él es quien sostiene todas las cosas creadas por medio de Su Palabra. Si Dios no habla por la boca de Jesús el mundo se destruye en un solo segundo, sería el caos universal.
La declaración que aparece en el versículo 4 de este primer capítulo es todavía más contundente. Este Jesús, quien ahora se encuentra sentado a la diestra de Su Padre, ya no es el hombre que caminó sobre la tierra, ahora es el Dios-Hombre que ha entrado a su verdadero tabernáculo glorificado por el Espíritu Santo y tomando el lugar que le corresponde. La gloria de la cual se había despojado para venir a humillarse como dice Filipenses 2:5 - 8, la había recuperado después de entrar en el santuario celestial que no fue hecho nunca por manos humanas. Cuando Jesús se despojó de su gloria, los ángeles tenían un mayor nombre que el Suyo; pero al entrar en Su propio santuario Su nombre era un nombre sobre todo nombre como Pablo lo dice en Filipenses 2:9 - 11. La superioridad de los ángeles celestiales termina cuando Jesús es llevado por ellos mismos al lugar de donde salió para cumplir el plan eterno de salvación de la humanidad. Por ello, esta Carta declara y reconoce que la superioridad de Jesús es carta de fe para confiar en Él. Aleluyaaaaaa.
3 Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos. Hebreos 1:3 - 4. NBLA.
Al leer estas líneas del capítulo 1 de la carta a los Hebreos nos fijamos como el autor detalla con lujo quién es verdaderamente este Jesús. Él no es un profeta más como Nicodemo creía. O no era la reencarnación de Elías, o de Jeremías, o de Juan el Bautista o de cualquier otro profeta como decía la gente en Judá y Galilea ¡No!, este Jesús es la Palabra, el Dios Encarnado, es el mismo resplandor de la Gloria del Eterno Creador. Él es quien sostiene todas las cosas creadas por medio de Su Palabra. Si Dios no habla por la boca de Jesús el mundo se destruye en un solo segundo, sería el caos universal.
La declaración que aparece en el versículo 4 de este primer capítulo es todavía más contundente. Este Jesús, quien ahora se encuentra sentado a la diestra de Su Padre, ya no es el hombre que caminó sobre la tierra, ahora es el Dios-Hombre que ha entrado a su verdadero tabernáculo glorificado por el Espíritu Santo y tomando el lugar que le corresponde. La gloria de la cual se había despojado para venir a humillarse como dice Filipenses 2:5 - 8, la había recuperado después de entrar en el santuario celestial que no fue hecho nunca por manos humanas. Cuando Jesús se despojó de su gloria, los ángeles tenían un mayor nombre que el Suyo; pero al entrar en Su propio santuario Su nombre era un nombre sobre todo nombre como Pablo lo dice en Filipenses 2:9 - 11. La superioridad de los ángeles celestiales termina cuando Jesús es llevado por ellos mismos al lugar de donde salió para cumplir el plan eterno de salvación de la humanidad. Por ello, esta Carta declara y reconoce que la superioridad de Jesús es carta de fe para confiar en Él. Aleluyaaaaaa.
T.A.S.C.D.
Marzo 4
1 Reyes 17 - 18
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Marzo 4
1 Reyes 17 - 18
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
