PROCLAMA SU BONDAD
El Salmo 145 se le atribuye a David, y tal vez hay una poderosa razón para hacerlo: la descripción tan asombrosa de el Nombre de Dios y su maravilloso poder para con su pueblo. Si hay alguien que puede darnos “sopa y seco” de cómo adorar a Dios es ese dulce cantor de Israel. Su corazón como su garganta nunca dejaban de entonar canticos de exaltación y gloria para aquel que es el Eterno Creador y Rey de reyes y Señor de señores.
David nos enseña en el Salmo 145 que el poder del asombro por Dios nunca debe abandonar nuestro corazón. Si en verdad hemos tenidos encuentros con Dios en estos 21 días de ayuno, lo que más debió crecer en nuestras vidas fue el asombro por un Dios grande y lleno de majestad, pero que descendió para mostrarse como uno de nosotros y habitar con nosotros en nuestras propias vidas por medio de Su Espíritu Santo. Estamos a dos días para dar fin a este tiempo de Palabra, oración y ayuno parcial. Es la oportunidad para decirle al Padre, gracias porque hasta aquí nos sigues asombrando y capturando nuestros corazones. Te alabo y exalto Padre por todas tus bondades y maravillas.
El Salmo 145 se le atribuye a David, y tal vez hay una poderosa razón para hacerlo: la descripción tan asombrosa de el Nombre de Dios y su maravilloso poder para con su pueblo. Si hay alguien que puede darnos “sopa y seco” de cómo adorar a Dios es ese dulce cantor de Israel. Su corazón como su garganta nunca dejaban de entonar canticos de exaltación y gloria para aquel que es el Eterno Creador y Rey de reyes y Señor de señores.
David nos enseña en el Salmo 145 que el poder del asombro por Dios nunca debe abandonar nuestro corazón. Si en verdad hemos tenidos encuentros con Dios en estos 21 días de ayuno, lo que más debió crecer en nuestras vidas fue el asombro por un Dios grande y lleno de majestad, pero que descendió para mostrarse como uno de nosotros y habitar con nosotros en nuestras propias vidas por medio de Su Espíritu Santo. Estamos a dos días para dar fin a este tiempo de Palabra, oración y ayuno parcial. Es la oportunidad para decirle al Padre, gracias porque hasta aquí nos sigues asombrando y capturando nuestros corazones. Te alabo y exalto Padre por todas tus bondades y maravillas.
Escribe SALMO 145:7
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¿QUÉ TE DIJO DIOS?
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