LAS AMENAZAS NO PUEDEN DETENERTE - AGOSTO 30

9 El rey aceptó firmar la ley. 10 Daniel lo supo, pero de todos modos se fue a su casa para orar a Dios. Daniel acostumbraba orar tres veces al día, así que entró en su cuarto, abrió la ventana y, mirando hacia Jerusalén, se arrodilló y comenzó a orar. Daniel 6:9 - 10. TLA.

Ni los hornos con fuego ardiente, ni las fosas de leones fueron diseñados para destruir a un creyente convencido de quién es en Cristo y del Dios en quien tiene puesta su confianza. Así como Ananíaz, Azarías y Misael no sufrieron daño cuando fueron lanzados al horno que ardía con fuego intenso porque Dios estuvo allí con ellos; tampoco Daniel fue comido por los leones cuando fue arrojado al mismo por causa de un decreto malévolo que se inventaron sus acusadores, quienes no encontraron otra forma distinta de acusarlo que aquello que tenía que ver con su fe en Dios.  

 
Frente a las amenazas de muerte Daniel siempre fue un hombre que buscó el rostro de Dios en oración y ayuno. Y todo aquel que confía en Dios siempre verá Su mano de poder actuar para traer salvación sobre la vida de quien confía en Él. La oración tiene poder para salvar, pero ese poder se incrementa cuando la oración es elevada por un hombre o una mujer llena de convicciones acerca de quién es su Dios como lo hizo Daniel. La amenaza de muerte no detuvo a Daniel ¿a ti podrá detenerte? Respóndele a Dios en este momento. Daniel es un ejemplo de un creyente con identidad y convicción, eso son valores que nos defenderán frente a las amenazas y adversidades.

Leer: Génesis 21 - 22

Para pensar:

• ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
• Pecado a confesar o evitar
• Actitud a mantener, cambiar o mejorar
• Mandato a obedecer
• Promesa para reclamar
• Ejemplo digno de imitar o evitar
• ¿QUÉ ME DICE DIOS?
• ¿Qué le respondo?

Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí

Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.