De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia. Romanos 10:4. NVI.
Había un serio problemas entre los judíos para aceptar que Cristo cumplió todas las exigencias de la ley, tanto las ceremoniales, las judiciales y las morales, aunque estas últimas siguen vigentes. Jesús las agrupó en dos demandas: Amarás al Señor tu Dios por encima de todo y a tu prójimo como a ti mismo, esto es cumplir la ley y los profetas.
La ley de Moisés tenía un solo propósito: Justificar al pecador, pero el hombre en sí mismo no podía lograrlo porque debía cumplirla toda, algo imposible por cuanto su carne era débil. Entonces, Dios lo hizo más fácil, envió a Su Hijo en forma humana, para que todo aquel que ponga su fe en Él y en su sacrificio sea justificado delante de Él por medio de la fe en Cristo. De modo que la santidad ya no sería algo imposible de obtener sino posible en Cristo, quien en su cuerpo cumple todos los requisitos de la ley para el pecador. Cristo es la ofrenda y el Sumo Sacerdote que la ofrece, es el mediador de un Nuevo Pacto, de tal manera que ya no haya necesidad de más ofrenda ni de más sacrificio, ni de más sacerdotes. Todo lo cumplió de una vez y para siempre. En la cruz le dijo al Padre: Consumado es, garantizando un nuevo pacto.
Leer: Hechos 10
Lectura complementaria: Hechos 11
Para pensar:
Lectura complementaria: Hechos 11
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.