Dos elementos caracterizan el llamado profético: El aceite, símbolo del Espíritu Santo, con el cual se ungía a alguien para atender el llamado de Dios y el manto del profeta, que implicaba cobertura o respaldo. Cuando un profeta colocaba su manto sobre alguien le estaba diciendo: “todo lo que hay en mí ahora va a ser pasado a ti.”
Un encuentro con Elías cambió radicalmente la vida de Eliseo, quien hasta ese momento se dedicaba a la ganadería y a la agricultura, ese era el oficio de la familia. Nadie está preparado para servirle a Dios ni tiene intención de hacerlo. Esto debe provenir de Él. Saúl fue a buscar asnas perdidas y resultó siendo ungido como rey. David estaba cuidando las ovejas de su padre y terminó siendo ungido como el sucesor de Saúl. Eliseo estaba arando yuntas de bueyes y terminó siendo ungido como el sucesor de Elías. La escogencia viene de Dios y así como su gracia para salvar es seductora también lo es su llamado al ministerio. No temas si te ungen y colocan un manto profético sobre tu vida. Dios te está llamando a servirle.
Leer: Lucas 23
Lectura complementaria:
Para pensar:
Lectura complementaria:
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.