Leer: Levítico 8
Lectura complementaria: Levítico 9
Toda bendición, toda recompensa, toda restitución y todo lo que deseemos que produzca alegría y gran gozo a nuestra vida comienza con un verbo: OBEDECER. Dios jamás podrá mostrarle los secretos escondidos en su palabra a quien no tenga la intención de obedecerle. El temor de Dios no pretende ser miedo a Él, sino honra. Y quien lo honra en todo tiene las puertas del cielo listas para producir todo tipo de bendición sobre su vida.
El necio e insensato no solo no obedece a Dios sino que niega su existencia y se burla de todo aquel que le honra. Lo trata de ignorante, de retrógrado y de falto de sentido común. Sin embargo, la palabra dice con claridad que toda honra y todas las bendiciones están listas para aquellos que temen a Dios y lo obedecen en todo. Si eres un creyente sabio tienes el código de obediencia trabajando a tu favor siempre. Puedes estar tranquilo que cada puerta que necesites que se abra, se abrirá. ¡Aleluya!
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?
Éste y todos los mensajes publicados en éste blog han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí